ESCUELA: concepto se refiere al espacio físico o la institución escolar, que se rige por un plan de estudios y persigue el fin de que los alumnos adquieran una serie de conocimientos, habilidades y actitudes que les permitan continuar con sus estudios o bien incorporarse al mercado laboral. Así pues, la escuela es sólo una institución más en la que se puede educar a los individuos. Por un lado, se aprende lo que aparece de forma explícita en los programas y planes de estudio de las distintas instituciones escolares, pero al mismo tiempo se aprenden comportamientos, actitudes, valores que no son explícitos. Es decir, la escuela, además de un espacio de aprendizaje de conocimientos, también funciona como un espacio social donde se van conformando identidades.
EDUCACION: hace referencia al conjunto de prácticas y estrategias docentes que se llevan a cabo con la finalidad de que los estudiantes desarrollen los aprendizajes perseguidos por la institución escolar. “educación” es un término amplio y complejo, pues no sólo se adquieren conocimientos al interior de las escuelas. También se aprende en la familia, con los amigos, en el trabajo y en la iglesia, una serie de normas que permiten integrarse a distintos grupos sociales. Esto último, se habrá de entender por socialización.
SISTEMA ESCOLAR:
Como se mencionó previamente, los términos educación y escuela no son sinónimos. El primero hace referencia a un proceso, mientras que el segundo se trata de una institución.
En términos de antigüedad, los procesos educativos existieron mucho tiempo antes de que la escuela surgiera:
· PRIMERAS SOCIEDADES HUMANAS: la educación estaba caracterizada por su casi nula institucionalización: los niños aprendían a través de su participación en la práctica de los adultos, pues los saberes que eran transmitidos estaban vinculados con las necesidades de subsistencia y control del medio ambiente (por ejemplo: cómo generar fuego, cómo cazar, qué frutos cortar, etc.).
· SEDENTARISMO: el hombre pudo destinar más tiempo al trabajo intelectual y ello originó un acumulamiento de saberes cada vez mayor. Ante la necesidad de transmitir esa cantidad de conocimientos a las nuevas generaciones, las sociedades crearon espacios y destinaron personas y tiempos específicos para llevar a cabo los procesos educativos, naciendo así la escuela.
Las prácticas educativas no sólo variaban de acuerdo a la civilización o país de que se tratara, sino que también se diferenciaban según el sexo y la clase social a la que pertenecían los alumnos. En los lugares que se permitía que las mujeres recibieran educación, ésta era muy distinta de la que recibían los hombres.
Entre los siglos XVII y XIX, empieza a conformarse propiamente la escuela moderna. De acuerdo con Silvina Gvirtz (2008) esto se produjo en el marco de cuatro procesos fundamentales:
· La revolución agrícola, que implicó una masiva emigración de trabajadores hacia las ciudades;
· La Revolución Industrial, que creó nuevas formas de organizar el proceso de producción y generó un nuevo tipo de trabajador: el obrero industrial;
· La idea de ciudadano, que surgió con las revoluciones políticas y que se extendía a toda la población;
· La revolución tecnológica, íntimamente ligada con las dos primeras, que derivó en la construcción de nuevos campos del saber y en la configuración de nuevas formas productivas.
Esta situación obligó a los estados-nación a proporcionar educación a una gran cantidad de personas (fenómeno conocido como masificación de la enseñanza), para lo cual se requirió de instituciones destinadas expresamente a esta labor.
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